¡Hola dubliners! Los chic@s de Dublín están descubriendo lugares maravillosos como Trinity College, Saint Stephen’s green o Temple Bar. Nos seguirán contando, pero os dejamos lo que nuestro monitor, Fernando Colomán, nos ha contado.
¡Y algunas fotillos!
Seguimos en contacto.
Casi hemos agotado nuestra primera semana del programa Dublin Classic y parece que fue ayer cuando nos recibían las familias en el parking del colegio De La Salle en Churchtown. El vuelo de ida fue estupendamente. Apenas tuvimos retraso en la hora de llegada a pesar de que salimos tarde de Bilbao. No es que nos importara mucho porque estábamos ansiosos por vivir la experiencia.
Algunos de nosotros ya habíamos vivido algunas similares, pero otros nos enfrentábamos por primera vez al hecho de salir de casa por nuestra cuenta.
El Lunes por la mañana, llegamos al colegio y nos realizaron la prueba de nivel para conformar los grupos en los que permaneceríamos durante el resto del curso. Finalizamos hoy la primera semana de clases y se acerca el primer fin de semana.
La semana pasada, Sean, uno de los monitores locales, nos mostró la ruta más adecuada para llegar a nuestras casas desde el colegio y ser también conscientes del camino que hemos de realizar cada mañana para llegar a él. Cogimos el bus y nos íbamos bajando donde nos iba indicando. Por el momento, estamos disfrutando de un tiempo espléndido y ¡no nos hace falta el chubasquero!
La tarde del martes, tuvimos la primera tarde de actividades. Nos acercamos a la cultura irlandesa, jugando con actividades relacionadas con el irlandés gaélico. Llama la atención lo totalmente diferente que es del inglés y lo complicada que es su pronunciación. Aún así, pudimos aprender algunas frases.
Al finalizar las clases del miércoles, fuimos al centro de Dublín. Cogimos el tranvía en Dundrum, cerca del centro comercial más grande de Irlanda y en poco más de veinte minutos, estábamos paseando por Saint Stephen’s green, el Trinity College o la zona de Temple bar entre otros.
El jueves, fue el día del karaoke. ¡Es de admirar el talento que tienen algunos de nuestros compañeros de curso! A nosotros en general nos costó algo más dar rienda suelta a nuestro duende.
En general, disfrutamos de las instalaciones del colegio, especialmente del inmenso césped en el que jugamos y nos relajamos siempre que tenemos ocasión y el tiempo lo permite. Los locales dicen que estamos teniendo mucha suerte y seguiremos cruzando los dedos para que se mantenga así al menos hasta nuestra marcha.
Mañana es el día de la excursión, pero sabréis de ella en la próxima actualización. Ahora vamos a terminar de comer porque nos han citado en apenas veinte minutos.
