Parece mentira, pero nuestros participantes de Michigan del programa High School USA, ¡ya llevan una semana! Su monitora, Marta, nos manda las primeras noticias y, ¡nos da mucha envidia!
Ha pasado ya casi una semana desde que nos despedimos de nuestras familias en el aeropuerto y comenzamos esta aventura en Estados Unidos. ¡Y la verdad es que estos días se nos han pasado volando!
El viaje hasta llegar a Grand Rapids fue largo, muuuuy largo, pero sin duda ha merecido la pena. Cuando por fin llegamos al aeropuerto de Detroit era ya la 1 de la madrugada, y tras el viaje por carretera a Grand Rapids llegamos al hotel alrededor de las 4 am. Todos llegaron cansadísimos y se durmieron enseguida, aun así, hubo algunos que se despertaron a las 3 horas para desayunar en el buffet del hotel. Otros, prefirieron horas de sueño a la comida.
Por la mañana, nos recogió en el hotel Mr. Corcoran, profesor del West Catholic High School y coordinador del grupo de estudiantes de intercambio españoles. Junto con Mr. Peters, responsable de las admisiones del centro, nos recogió en el típico autobús americano, pero para nuestra sorpresa, ¡el autobús no era amarillo, sino blanco! Al llegar al instituto, nos hicieron un tour por las instalaciones y todos estaban muy impresionados por la diferencia con los colegios e institutos españoles. Canchas de fútbol americano, béisbol, voleibol, baloncesto, aula de videojuegos, la típica cafetería de instituto que todos hemos visto alguna vez en las películas, taquillas… Y por supuesto todo en tamaño americano, XXL! Tras el tour por el instituto y una introducción a las normas del centro y lo que les esperaba estas tres semanas, llegó el ansiado momento de conocer a las familias. Como muchos de los chic@s ya habían tenido contacto con sus familias antes de llegar, estaban deseando verles en persona. Tras los nervios iniciales, todos estaban ya hablando con sus nuevos “padres” y “hermanos”. Las familias llevaron a los estudiantes al supermercado tras el instituto. Después a cenar y a la cama. Todavía arrastrábamos todos horas de sueño y jet lag, y al final del día sólo pensábamos en irnos a dormir.
El día 6 de septiembre fue el primer día de instituto para los estudiantes españoles, y para ello se les asignó a cada uno un estudiante sombra, al que tenían que seguir a todas las clases. Además, este era un día especial y ningún estudiante tenía que llevar uniforme. Tras las primeras clases del día, llegó la hora del almuerzo. El instituto proporciona la comida a los estudiantes todos los días y, ¡los viernes toca siempre pizza! Los españoles eran la novedad, y todos los estudiantes americanos estaban deseando conocerles y hacer cosas con ellos. Tras la jornada del instituto, los chic@s se despidieron de las clases hasta el lunes, y se fueron con sus respectivas familias. Esa tarde, unos cuantos asistieron al primer partido de la temporada de fútbol americano del West Catholic. El partido tuvo lugar en la ciudad de Lansing, capital del estado de Michigan, situada a alrededor de una hora de Grand Rapids. Acompañados de sus nuevos amigos del instituto, pudieron vivir un auténtico partido de fútbol de High School, con sus animadoras y desfiles de la banda de música. Además, el tema era ir vestido de hawaianos, así que todos se pusieron sus camisas de flores y guirnaldas. A juzgar por las fotos, ¡se lo pasaron en grande!
El fin de semana cada uno lo pasó con su familia. Fueron muchos los que visitaron el Lago Michigan, que se sitúa a solo 50 km de la ciudad de Grand Rapids. Otros fueron a comer a restaurantes con las familias o visitaron otros lugares de interés de la zona. Los domingos, la mayoría fuimos a misa por la mañana, ya que al ser un instituto católico, la gran parte de los estudiantes y sus familias también lo son.
Y con el primer fin de semana finalizado, toca volver a las clases y esta vez con uniforme.
Aún nos quedan por delante muchas actividades y experiencias que ya os iré contando más adelante.
¡¡Hasta la semana que viene!!
