Si hay palabras que reconfortan esas son las que nos dedican cada año nuestros estudiantes del programa de Año Académico. Sus experiencias están cargadas de momentos inolvidables, y así lo han recogido Laura, Thorum, y Toni, en estos diarios tan especiales sobre su estancia en Estados Unidos. Ellos nos cuentan cómo es la vida en un High School y la inmersión en familia:
Laura Quiles
El programa de Año Académico ha supuesto una nueva etapa en mi vida. Este año me ha hecho crecer como persona y me ha ayudado a darme cuenta de cómo es la vida en realidad, lucha siempre porque tus sueños se hagan realidad.
El ambiente en un High School Americano es increíble, sientes que estás en una película siendo un personaje más. La gente es muy sociable en el colegio y te animan a que compartas con ellos la experiencia de jugar a algún deporte, unirte a un club…
Conocer a tu nueva familia es muy especial ya que es una experiencia nueva de saber cómo viven otras familias en el mundo, sus costumbres, las aficiones, los gustos en común… Fue uno de los momentos más bonitos del año.
Recuerdo que al despertarme, en el día de mi cumpleaños, me hizo mucha ilusión que me felicitaran con globos y con el desayuno ya preparado. Me alegré muchísimo de que en ese día tan especial se alegraran tanto por mí desde primera hora de la mañana.
Yo pienso que siempre es bonito conocer cosas nuevas ya que te va a ayudar y a aportar mucho en tu vida. Los comienzos al principio no son fáciles pero al final merece la pena. Al principio me asombraba mucho cuando en los momentos de saludar a alguien o felicitarle no acostumbraban a dar besos en la mejilla, en cambio siempre daban un abrazo.
Al final experiencias como ésta te ayudan a ver la vida desde un punto de vista diferente. Conoces a gente de muchas culturas y te haces más independiente. Y sobre todo… te da muchas ganas de seguir viajando. Podría decir que me he vuelto más madura, colaboradora y activa.
¿Lo peor? Poner fin a un año tan inolvidable como el que has vivido no es nunca fácil. Sabes que echarás muchísimo de menos a todas las personas que has conocido, tu colegio, tu familia…Pero te toca ser fuerte y dar gracias por haber tenido esta gran oportunidad. Ha sido un año mucho más increíble de lo que podía soñar.
Sin duda, uno de mis futuros planes es volver a estudiar en el extranjero.
Thorum Piñeiro
Esta experiencia para mí ha sido como un reto. No solo intelectualmente sino socialmente. El dejar de lado la familia, tus amigos y tu forma de vida es algo que cuesta mucho y más durante un año. Adaptarte a un nuevo estilo de vida al que no estás acostumbrado cuesta bastante, pero como todo, tiene su parte buena. Esta experiencia me ha proporcionado hacer amigos inolvidables, crear recuerdos asombrosos y sobretodo vivir un nuevo estilo de vida.
El ambiente del High School era muy variado en el sentido de que encuentras a personas de todo tipo. Para ellos el High School es como una gran parte de su vida en la que vives muchas experiencias inolvidables. Les recomiendo a todos los que vayan que se apunten a muchas actividades ya que es una manera fácil de hacer amigos. Por supuesto tienen sus fiestas, bailes de fin de curso, sus cheerleader y muchas cosas más que iréis descubriendo por vosotros mismos.
En cuanto al tema de la familia, yo cuando llegué a América ya los conocía pero porque tenía su correo. Cuando bajas del avión y los ves esperando por ti, con sus caras de alegría…eso es algo que nunca olvidarás. Yo tuve mucha suerte la verdad. Fueron amables conmigo y yo con ellos. Establecimos un vínculo muy rápido pero difícil de romper. Como todo hay familias de todos los tipos y hay veces que no nos convence mucho, pero tener en cuenta que ellos están en la misma situación esperando a como seréis vosotros. Así que no seas tímidos y disfrutar a tope con ellos porque al fin y al cabo serán ellos los que te darán una cama para dormir.
¿Uno de mis momentos favoritos? Uff… ¿Solo uno? Será difícil… Pero uno de los que me gustó mucho fue cuando fuimos a Florida una semana. A mi familia le gustan muchos los “parques de atracciones” y como allí en América todo es a lo grande pues imaginaros… También eran muy fans del fútbol Americano y vimos la Super Bowl todos juntos.
Del estilo de vida de los americanos me sorprendieron varias cosas: tenían coche a los 16 y lo utilizaban para todo; y los horarios de las comidas, eso me volvió loco el primer mes. Que si en el instituto comían a las 11, luego merendaban cuando salían del instituto y ya cenaban a las 5 o 6 de la tarde. Le los “fast food” también era impresionante, a cada esquina te encontrabas con restaurantes de este tipo, y tenías que tener cuidado porque cuando te dabas cuenta ya habías pillado algunos kilitos de más.
Lo que está claro es que es un año que jamás hubieras pasado si te hubieras quedado en casa. Se rompe la rutina de tu vida, tienes que llegar a pensar en otro idioma, moverte de otra manera y respetar una cultura que solo conocías por la tele. Creo que aún tardaré tiempo en descubrir todo lo que he cambiado en este año. Poco a poco.
Además, tras estar un año sin tu familia te das cuenta que tienes que valerte por ti mismo, porque la familia no te lo dará todo hecho, y eso son cosas que uno aprende cuando está fuera. Es decir, aprendes a ser independiente porque dependerá de ti limpiar el cuarto, hacer la colada o incluso hacer alguna comida.
¿Cómo fue la despedida? Para mí fue duro la verdad. Estar un año con una familia y luego despedirte de ella cuesta mucho. Todavía recuerdo en el aeropuerto, justo antes de embarcar, la despedida entre lágrimas. Cuando me quise dar cuenta ya estaba en el avión camino a España, pero, como bien me dijeron, esto no es un adiós sino un hasta luego. Y es verdad ahora con las tecnologías y telecomunicaciones puedes estar conectado en todas partes.
En conclusión, cursar un año académico en el extranjero es una experiencia única. Yo disfruté mucho con la gente, con las experiencias y sobretodo con un inglés completo. Lo recomiendo, no todos los días tienes la opción de viajar a otro país y no solo como turista.
Toni
Este curso en el extranjero ha supuesto un gran cambio en mi vida, ha cambiado mi mentalidad, ahora tengo una visión distinta del mundo y todo me parece más cercano.
En el High School me encontré con un muy buen ambiente. Todos los alumnos y profesores me acogieron y ayudaron como si fuera un alumno americano más, me lo pusieron todo muy fácil.
Acompañándome en esta aventura estaba mi familia anfitriona, era muy simpática, generosa y sobretodo cuidaron de mí como si fuera su propio hijo. Siempre les estaré muy agradecido. Estar con ellos representó tener una familia nueva con la cual quiero seguir en contacto toda mi vida. No los olvidaré.
¿Un momento que no olvidaré? Vivir el espíritu navideño acompañado de mi familia anfitriona y sus tres perros, con el paisaje nevado y un frío intenso que contrastaba con el ambiente acogedor de mi entorno.
En cuanto a la cultura, estaba algo preparado porque mi hermana había ya había tenido una experiencia similar y me había explicado lo más importante. Sin embargo me sorprendió mucho la poca importancia que daban a las apariencias y lo mucho que valoraban poder mostrar tu propia personalidad.
Yo soy nadador de competición y tuve la inmensa suerte de poder continuar con este deporte en Michigan. Fue maravilloso, pero lo que más me impresionó fue el espíritu de equipo de todo el grupo. Muchísimo más que en España.
Una inmersión así siempre cambia a uno mismo. Soy más abierto, más atrevido y no temo a las nuevas experiencias, además creo que este año me ayudará a fijar las metas de mi vida en los próximos años. Ahora me veo más independiente y autónomo, creo que soy más responsable, y mi nivel de inglés ha mejorado muchísimo. De hecho, ¡Allí me decían que tenía acento americano!
Lo peor fue el momento de hacer las maletas y regresar. Pasó tan rápido… Lloré de afecto por todo lo que tuve y que tenía que dejar. Mis padres me animaron y conseguí sobreponerme. Ya en España, cuando miro las fotos y videos de la experiencia me emociono de nuevo. Creo que me durará años este sentimiento de nostalgia.
A esta experiencia le doy un 10 porque no existe el 11… Repetiría ahora mismo.
Desde aquí les damos las gracias por compartir su experiencia de un año académico en el extranjero con nosotros, ¿Y a ti, qué te han parecido sus historias?
