Año escolar en el extranjero, una experiencia inolvidable para la que hay que estar preparado
Con el paso del tiempo, la aventura de estudiar un año escolar en el extranjero ha evolucionado mucho hasta convertirse en la completa experiencia que es hoy en día. Estudiar en otro país brinda la oportunidad perfecta para adquirir un nivel bilingüe de otro idioma, además de ser la mejor manera de conocer culturas diferentes y formarse en una educación de carácter internacional sobre la que construir una futura formación superior.
Aunque cada curso miles de estudiantes deciden dar el paso de estudiar un año académico en otro país, son muchos los factores que influyen en esta experiencia y que condicionan el programa de cada alumno. Por esta razón es importante prepararse bien, con el fin de disfrutar y sacar el máximo partido a un curso escolar en el extranjero. Si esta idea os ronda por la cabeza, aquí os dejamos algunos consejos que pueden serviros de ayuda en esta aventura, ¡seguimos!
María Guinea con sus compañeras durante su año escolar en Reino Unido
Deseo y motivación, ¡lo más importante!
Para comenzar con nuestros tips vamos a destacar lo más importante de todo: ¡vas a vivir y estudiar en otro país! Esto requiere que tengas en cuenta muchos factores: vas a vivir con una familia diferente a la tuya, o en una residencia con estudiantes de otras partes del mundo; vas a ir a un colegio con asignaturas diferentes a las que tienes en España; vas a conocer a mucha gente nueva (compañeros, profesores, amigos, familiares…); puede que vivas en un lugar con un clima diferente al que estás acostumbrad@… En definitiva, muchos aspectos de tu vida van a cambiar.
Es importante que aceptes esta situación y que tus ganas y tu motivación para llevar a cabo un programa de año académico en el extranjero sean reales e intrínsecas. Estamos seguros de que será una experiencia que recordarás toda la vida, pero también es importante que no te sientas presionado a la hora de tomar la decisión de estudiar en el extranjero. Hay muchas personas que tienen un mayor nivel de conexión y cercanía con su entorno y que no desean estudiar en el extranjero de una manera tan fuerte como para separarse de su familia o su colegio. Esta situación no es mejor ni peor, es simplemente diferente y por supuesto igual de válida y respetable. Si tu motivación y tu disposición para embarcarte en este programa no son lo suficientemente altas y tienes dudas al respecto, no tengas miedo de consultarlo antes y, llegado el caso, optar por no hacerlo.
No obstante, la experiencia nos dice que la mayoría de estudiantes que cursan un año académico en el extranjero superan estas pequeñas dificultades y acaban integrándose y adaptándose por completo a su nueva cultura, tanto que el final del programa llega mucho antes de lo que a ellos les gustaría.
Iñaki Uriagereka en un partido de fútbol americano durante su año escolar en Estados Unidos
El idioma, el primer paso
Es muy probable que para estudiar un año escolar en el extranjero, algunos colegios te hagan una prueba de idioma para evaluar si estás o no capacitado para participar en el programa. No obstante, sea o no así, ten en cuenta que debes prepararte y esforzarte por conseguir un nivel lo suficientemente alto como para aprovechar las clases y tu día a día con la mayor naturalidad posible. Una vez allí, la adaptación y la mejora lingüística llegarán sin que te des cuenta, pero es importante que no esperes a estar en destino para profundizar en él.
Aunque en la mayoría de los casos el idioma en el que recibirás las clases, y en el que deberás desenvolverte en tu día a día, será el inglés, los destinos para un año académico en el extranjero son muy variados y diversos: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Irlanda, Francia, Alemania… Con esto queremos decir que, como ocurre con el castellano, dependiendo de en qué región o país estés estudiando te encontrarás con variaciones y diferencias con respecto al inglés que habrás estudiado en tu colegio en España. Por lo que una buena manera de pulir estos detalles y diferencias podría ser familiarizarte con contenidos propios de estos lugares: películas, series de televisión, música, libros… Y, evidentemente, esta situación también debes tenerla en cuenta si tu destino es un país con un idioma diferente al inglés.
Borja Millán, estudiante de año escolar en Canadá
La importancia de mantener la mente abierta
Como comentábamos antes, un año escolar en el extranjero implica una serie de cambios a los que debemos adaptarnos para disfrutar del programa lo máximo posible. Para empezar, si te alojas con una familia anfitriona, esta puede tener muchas características que la diferencien de la tuya: puede estar compuesta por más o menos miembros, de diferentes edades o sexos, con diferentes costumbres o credos religiosos, vivir en una casa más grande o más pequeña… Lo mismo puede sucederte si te alojas en residencia, donde tus compañeros pueden tener procedencias y costumbres muy diferentes o variopintas.
Además de los aspectos que cambiarán en lo que a tu alojamiento se refiere, están las diferencias con respecto al colegio y la educación. Un sistema educativo distinto, con asignaturas nuevas, una forma de estudiar y trabajar a la que no estás acostumbrado, horarios diferentes, mayor presencia del deporte… En definitiva, una serie de novedades que van de la mano del programa y que te chocarán en mayor o menor medida, lo que hace muy importante ser capaz de mantener la mente abierta y ser flexible a los cambios. Recuerda que debes ser tú quien se adapte a tu nueva realidad y no al revés, así que cuanto más proactiv@ seas, más fácil te resultará.
Teresa Ballester y sus amigas. Año académico en Estados Unidos.
Una inmersión en una nueva cultura
Dentro de la preparación para un año académico en el extranjero hay un aspecto igual de importante que conocer el idioma o la rutina diaria a la que te enfrentarás: informarte sobre tu nueva cultura. Hay circunstancias y características que afectan a tu nueva sociedad de una forma mucho más general y que están presentes en todas partes, y aunque muchas de ellas las irás descubriendo según avancen las semanas, es recomendable que investigues en profundidad como funciona tu nuevo destino.
Entre las cosas que si puedes prever antes de comenzar el programa y que puedes comenzar a investigar destacan: la moneda que se utiliza y un estimado de los precios de ciertos productos, los horarios habituales de las clases y los comercios, el clima que hace en cada época del año, como actuar ante situaciones de emergencia, festividades y tradiciones, medios de transporte… Leer e informarse un poco sobre estos detalles seguramente te venga bien para reducir el choque cultural y adaptarte más rápido a tu nuevo entorno.
Nuestra estudiante Carmen Cerdido, preparando calabazas para Halloween
¡No lo olvides, hay un curso que aprobar!
Llegados a este punto ya estás casi preparad@ para el nuevo curso, pero no debes olvidarte de precisamente eso, el curso. Este programa combina a la perfección la inmersión cultural y el año académico, con igualdad de importancia para ambos campos, con lo que has de tener presente en todo momento que si quieres progresar académicamente y poder continuar con tus estudios al año siguiente (ya sea en España o, de nuevo, en el extranjero), debes aprobar todas las asignaturas.
Aunque el sistema educativo y las asignaturas sean diferentes, estamos seguros de que el curso tendrá una cosa en común con los que has realizado en España, habrá partes que te resulten más sencillas y otras que te cuesten más. Por esta razón deberás dar todo de ti y esforzarte para obtener las mejores notas posibles. Al fin y al cabo, volver con innumerables anécdotas, recuerdos, experiencias y un curso superado sería el punto y final perfecto a tu año escolar en el extranjero, ¿no? 😉
Graduación de Jorge Oliveros y sus compañeros
Si bien cada destino tiene sus particularidades y su sistema educativo, estos consejos te servirán para prepararte tu año escolar en el extranjero. No obstante, si quieres más detalles sobre algún destino en concreto, no tienes más que solicitarnos más información.