¡Hola familias!
Nuestros chicos de Arizona no han perdido el tiempo en su última semana, ¡cómo se lo han pasado y qué pocas ganas tienen de volver! Ana María, su monitora, nos cuenta con detalle todo lo vivido durante el final del programa:
¡Hola a todos!
¡Este ya es el último informe de este viaje! Durante esta semana han podido disfrutar de muchas actividades, para poder acabar esta experiencia con el mejor sabor de boca posible.
Este lunes en el colegio no tuvieron clases por lo que disfrutaron de la compañía de sus familias. Además, el grupo de la casa de Lisa, fueron a ver el pueblo en el que muchos de ellos están viviendo: Cave Creek. Pasaron allí el día y disfrutando de un día precioso. El martes y el miércoles, fueron al colegio. Durante las tardes, hubo quienes también fueron a visitar el pueblo de Cave Creek, ¡otros fueron a ver un auténtico partido de beisbol!
El jueves fuimos al Museo de Arte de Phoenix. Disfrutamos de las explicaciones de una experimentada guía, aprendiendo un poco de la cultura del país. El viernes fuimos a otro museo, pero esta vez se llamaba: Sociedad Herpetológica de Phoenix. Allí, pudimos ver todo tipo de reptiles. Los más atrevidos, pudieron tocar e incluso coger, ¡muchos de ellos!
Ahora sí, el mejor día estaba por llegar: el viaje al Gran Cañón, a través de Sedona y Reserva de los Indios Navajos. El viaje comenzó desde muy temprano: a las 6 de la mañana ya estábamos de camino. Desde una VAN con amplias ventanas yy con las explicaciones de un guía, vimos los paisajes más pintorescos de Arizona: el desierto de Sonora, Sedona, el cañón de Oak Creek y Flagstaff. Después de un viaje un poco largo pero muy ameno, gracias al entusiasmo de los niños, poniendo música y cantando diferentes canciones, llegamos a lo más esperado: El Gran Cañón. Llegando a la cima, se iba dejando entrever diferentes escenas de esta maravilla. Pero cuando llegamos, nos quedamos completamente impresionados. Las fotos no son “Photoshop”, pero si, ¡lo parecen! Es tan impresionante que parece que no es real. Desde luego, mereció la pena. Contemplamos las vistas desde diferentes puntos: todos igual de impresionantes. Pudimos comer frente a estas preciosas vistas, visitar la Nación Navajo, pudiendo comprar todo tipo de recuerdos artesanales. Finalmente, emprendimos el viaje de vuelta a casa. Durante el trayecto, recorrimos parte de lo que era la histórica Ruta 66, pudiendo hacer alguna parada. Desgraciadamente, esta ruta ya no existe hoy en día y solo queda el recuerdo de lo que fue. Finalmente, gracias a la amabilidad de nuestro conductor y guía, pudimos hacer un recorrido a través de Phoenix, Tempe (zona universitaria) y Scottsdale. Ya era de noche y todo estaba lleno de luces, dejando ver unas vistas preciosas de las ciudades. Acabamos el día, cenando todos juntos a modo de despedida, en un restaurante italiano. ¡Fue un día completo!
El domingo volvimos a la rutina: todos fuimos a misa y estuvimos con nuestras familias. Diego y yo volvimos a cenar en la Iglesia, habiendo cocinado nuestra familia para ellos, y pasando la tarde jugando al fútbol. Por otro lado, hubo otra persona que cocinó para otros…¡Ana le hizo una deliciosa paella a su familia!
El lunes teníamos que pasar el día en el pueblo de Sedona, pero debido a la previsión de lluvia durante todo el día, fue cancelado. Menos mal que pudimos verlo un poco durante el viaje al Gran Cañón. ¡Llovió y cayó una tormenta increíble! Además, también hubo un tornado en la zona. Se recomendó estar en casa en todo Estado, así que estuvimos con las familias todo el día.
Hoy martes es el último día en el colegio. Ya son las despedidas y esta tarde terminaremos de preparar las maletas, ya que salimos mañana de madrugada. ¡Ya volvemos a casa!
Espero que todos hayan disfrutado de una experiencia preciosa, ¡nos vemos en un par de días!
Un saludo,
Ana María Cabello
