Nuestro grupo de Integración escolar en Eugene (Oregón) y nuestros chicos ya llevan dos semanas por la Costa Oeste de Estados Unidos, ¡y las cosas no podrían ir mejor!. Antonio, su monitor, nos cuenta con más detalle cómo han ido las cosas esta semana.
Nuestra aventura continúa en el área de Eugene, Oregón, y cada día estamos más encantados de poder estar disfrutando de este país, de su gente y de todas las actividades que hacemos, tanto con nuestros compañeros como con nuestras familias de acogida. Además, el jet lag ha desaparecido y nos sentimos como en casa.
Ya sabéis que una parte fundamental es asistir a clase en el Creswell High School y experimentar cómo es la vida académica de los adolescentes aquí, así que es lo que hemos estado haciendo esta última semana. Aunque no es un centro muy grande, como es habitual en USA, sí que es como tantas veces lo hemos visto en las películas: la mascota, el gimnasio y la vitrina de trofeos, la cantina, las taquillas… A diferencia de lo que estamos acostumbrados, aquí las aulas son de los profesores y, por tanto, son los alumnos los que se mueven de una a otra después de cada periodo.
Hay muchas cosas distintas pero también otras similares. Aunque algunos estudiantes empiezan a las 7:30 de la mañana si tienen banda, lo normal es que tengan clase de 8:15 a 3:15, con un recreo y luego una pausa para comer, que más o menos igual que una jornada de instituto en España.
También nos ha llamado la atención el tipo de clases y la metodología. Las asignaturas son mucho más variadas y en ocasiones centradas en un aspecto en concreto, por ejemplo “US Government”, “Food and Nutrition” o “banda”, y lo mejor es que los alumnos pueden escoger las que quieran y las que más les gusten sin tener que dividirse estrictamente en ciencias y letras. Los profesores parecen más preocupados por los alumnos, les dan más libertad y sus clases se basan en muchas ocasiones en proyectos. ¿Suena bien, no?
Para ir a clase vamos siempre acompañando a nuestro “shadow buddy”, que en algunos casos es algunos de los hijos de nuestras familias y en otros algún estudiante que se ha ofrecido a ser nuestro cicerone. Nosotros lo que hacemos es acudir a las mismas asignaturas que tienen ellos en su horario y ellos se han encargado de presentarnos a sus amigos y de hacer que nos sintamos muy integrados, por lo que les estamos muy agradecidos.
El viernes pasado fue el primer partido de fútbol americano del equipo de nuestro instituto y allí estuvimos para animarlos y ver el ambiente. Después habían organizado un pequeño baile para dar la bienvenida a los estudiantes de primer año. Aunque no fue el típico baile con toda la parafernalia de los vestidos y del rey y la reina, ya que será más adelante, lo pasamos muy bien.
El fin de semana, como de costumbre, lo hemos compartido con las familias. Pablo visitó Springfield, sí, la de los Simpsons, porque la real, donde creció Matt Groening, creador de la serie, está aquí al lado de Eugene. Bea estuvo viendo los leones marinos en la costa de Newport, Claudia en el mini golf y Alex fue a un lago impresionante en la caldera de un volcán. Ana y María jugaron al láser, montaron en kayak y también fueron de picnic con Pablo y el grupo de scouts de sus hermanos americanos. Jesús no se perdió el partido de los ducks, el equipo de la universidad, y luego se fue de acampada al bosque, como Rosa. Mercedes también disfrutó de la naturaleza viendo las cataratas de Salt Creek y uno de los puentes cubiertos típicos de esta zona.
Va quedando menos para volver pero todavía tenemos por delante mucha naturaleza, diversión, amigos y, como no, ¡Fútbol! Pero también clases, claro. ¡Hasta la próxima!
