Nuestro grupo de Integración escolar en Carolina del Norte (Estados Unidos) ya llevan una semana disfrutando de esta fantástica experiencia americana. María, su monitora, nos cuenta en detalle cómo han transcurrido estos primeros siete días 🙂
¡Hola a todos!
El martes pasado, tras un viaje no muy cansado y no muy largo en el que el grupo funcionó de maravilla, llegamos a Estados Unidos. Al aterrizar, todas las familias anfitrionas estaban esperando para la recogida en el aeropuerto, con una mini fiesta de bienvenida compuesta por un grato surtido de abrazos, donuts krispy cream, típicos de esta zona de América y un tipo de bebida local que se llama Cheerwine, parecida a la Coca Cola.
Al día siguiente, tras pasar la primera noche con sus familias, llegó el primer día de instituto, con la sesión de orientación pertinente, en la cual se explicaron las actividades a realizar durante todo el programa, así como las de las clases. Se nos dio un tour de bienvenida por las instalaciones de Pine Lake y l@s herman@s de cada miembro del grupo vinieron a recoger a l@s chic@s para mostrarles sus horarios, clases y profesores y presentarles a sus nuev@s compañer@s. L@s chic@s están encantad@s con sus clases y compañer@s y están haciendo un gran esfuerzo por seguir los temarios y amoldarse al idioma, ya que el sistema educativo y la metodología utilizados a la hora de impartir las clases son diferentes a la española.
La primera excursión del grupo fue una visita guiada a la UNCC, en la que pudimos disfrutar de un tour por el campus, tras una presentación previa, muy útil, y de mucho disfrute para los componentes del grupo, que incluso se aventuraron a hacer alguna pregunta. Después, tras comer en el campus, nos dirigimos a la ciudad de Charlotte, donde visitamos el campo de baseball del equipo local y sus instalaciones, donde los chicos pudieron probar suerte y batear por primera vez. Finalizamos el día dando un paseo por la ciudad y comiendo unos polos de leche típicos de Estados Unidos, aderezados con todos los tipos de toppings imaginables y al gusto del consumidor.
Tras asistir un día más al instituto, visitamos Carowinds, un parque de atracciones local, en el que los chicos disfrutaron desde temprano por la mañana hasta la noche. Fue una jornada espectacular, en la que nos acompañaron algunos miembros de las familias anfitrionas.
Las familias se están volcando con los chicos, tanto a la hora de planear actividades divertidas como a la hora de las comidas. Les hacen sentir como un miembro más de la familia y de la comunidad y están felices.
¡La semana que viene os seguiremos contando!
