¡Por fin ha comenzado la aventura! Después de tanta preparación y de tantos nervios e ilusión acumulados, nuestros estudiantes han vivido su primera semana en Phoenix.
Queremos compartir con vosotros este primer update semanal, que nos envía con mucho cariño Sara López, la monitora que acompaña al grupo en todo momento. A través de sus palabras podréis asomaros a lo que han sido estos días llenos de primeras veces: el viaje y sus anécdotas, el recibimiento de las host families, los primeros pasos en el instituto y hasta la emoción de contemplar el Gran Cañón.
Una semana de comienzos, de adaptación y de descubrimientos, donde poco a poco el grupo va creando lazos y construyendo recuerdos que sin duda llevarán siempre con ellos.
Día 1 en Phoenix – 3 de septiembre: Comienza la aventura
El gran día por fin llegó. Con las maletas cargadas de ilusión y un poquito de nervios, comenzamos nuestro viaje desde Málaga rumbo a Estados Unidos. El primer tramo nos llevó hasta Madrid y allí nos encontramos con un giro inesperado: el vuelo hacia Nueva York se retrasaba por un problema técnico. Eso significaba que perderíamos la conexión.
Lejos de desanimarnos, el grupo se lo tomó con mucho humor. Nos fuimos a cenar todos juntos, aprovechamos para charlar y reírnos, y convertimos la espera en un buen comienzo. Fue curioso ver cómo, en cuestión de horas, un grupo de estudiantes que apenas se conocían ya se sentían parte de un mismo equipo. El contratiempo sirvió para unirnos, y mucho.
Más tarde, volvimos al aeropuerto para preparar el nuevo vuelo, que salía muy temprano al día siguiente. Entre maletas, colas y check-ins, las sonrisas nunca se borraron. El viaje solo acababa de empezar, y ya sabíamos que teníamos un grupo lleno de energía y ganas de disfrutar de todo.
Día 2 en Phoenix – 4 de septiembre: Primer día en Phoenix
Nuestro vuelo salió de Nueva York a las siete de la mañana y, tras muchas horas de trayecto, aterrizamos por fin en Phoenix. Y lo que nos esperaba allí fue emocionante: las host families estaban en el aeropuerto con carteles y pancartas para recibirnos. La bienvenida no pudo ser más cálida.
Esa misma tarde tuvimos nuestra Welcome Party en la casa de uno de nuestros estudiantes. Fue la ocasión perfecta para empezar a conocernos todos un poco más. Nos entregaron un termo a cada uno para mantener el agua fría, imprescindible en Arizona, y lo personalizamos con pegatinas muy chulas de la zona. Entre pizzas, dulces, risas y un baño en la piscina, disfrutamos de la tarde mientras caía una preciosa puesta de sol.
La combinación de nuevas amistades, familias acogedoras y un ambiente tan divertido hizo que este primer día en Phoenix fuera inolvidable.
Día 3 en Phoenix – 5 de septiembre: Adaptándonos a la vida en Arizona
El viernes era, en teoría, nuestro primer día de instituto, pero después del viaje tan largo nuestra coordinadora americana nos recomendó algo muy sensato: tomarnos la mañana con calma. Así, algunos decidieron estrenarse ya en el high school, mientras que otros prefirieron descansar un poco más y pasar tiempo con sus familias de acogida.
La tarde fue relajada y variada. Hubo quienes fueron de compras, quienes salieron en bici o quienes simplemente disfrutaron de charlas con sus familias. Cada experiencia fue distinta, pero todas tenían algo en común: poco a poco íbamos conociendo mejor nuestra nueva vida en Arizona.
El día terminó pronto, porque sabíamos que el sábado nos esperaba una excursión muy especial. La emoción se palpaba y todos nos fuimos a dormir con la mente puesta en el Gran Cañón.
Día 4 en Phoenix – 6 de septiembre: Excursión al Gran Cañón
El sábado madrugamos muchísimo. A las cinco y media de la mañana nos reunimos en Dutch Bros, un sitio muy conocido aquí, donde cogimos café, té o algo de desayuno para llevar. El viaje era largo, así que paramos un par de veces para estirar las piernas y recargar energía.
Cuando por fin llegamos al Gran Cañón, todos nos quedamos sin palabras. Este lugar es conocido en todo el mundo por su belleza, su tamaño inmenso y por ser uno de los paisajes más impresionantes que existen. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el cañón fue esculpido durante millones de años por el río Colorado. Frente a nosotros se extendía un horizonte tan inmenso que parecía un cuadro pintado en tonos rojizos y dorados.
Nos hicimos muchas fotos, paseamos por los miradores y hasta tuvimos un momento muy divertido dando de comer a pequeñas ardillas que se acercaban curiosas. Después, visitamos tiendas de souvenirs y pusimos rumbo a Williams, un encantador pueblo famoso por estar en la Ruta 66 y por haber inspirado la película Cars. Allí comimos todos juntos con nuestras host families y hermanos americanos, y luego dimos un paseo por sus calles llenas de decoración y ambiente clásico.
La guinda del día fue subirnos a una montaña rusa cercana. La mayoría se animó y fue un momento único, lleno de risas y adrenalina. Al volver a casa estábamos agotados, pero felices tras haber vivido una jornada verdaderamente inolvidable.
Día 5 en Phoenix – 7 de septiembre: Un domingo en familia
El domingo estuvo dedicado a las host families. Cada estudiante vivió el día de una manera diferente: algunos fueron a la iglesia, otros se fueron de compras, hubo quienes salieron a pasear o a montar en bici, e incluso algunos disfrutaron de un partido de béisbol.
Uno de los momentos más divertidos fue la pool party organizada por la familia de Leo. Allí pasamos la tarde con juegos, baños en la piscina y charlas con nuestros nuevos amigos americanos. Con el calor de Arizona, fue el plan perfecto.
Fue un día tranquilo pero muy especial. Poco a poco nos vamos adaptando, conociendo mejor a las familias y aprendiendo costumbres nuevas que nos hacen sentir cada vez más integrados.
Día 6 en Phoenix – 8 de septiembre: Primer día de instituto
El lunes empezaba de verdad la rutina en los institutos. Dependiendo de dónde vivimos, asistimos a uno de los tres centros del distrito. Con nervios y muchas ganas, nuestras host families nos llevaron hasta la puerta y ahí comenzó la aventura académica.
Cada estudiante tenía un compañero americano asignado para acompañarnos en las clases. A lo largo del día descubrimos asignaturas conocidas, como Matemáticas, Historia o Arte, y otras totalmente nuevas para nosotros, como Weightlifting o Ciencias Forenses. Todo era distinto: los edificios, los pasillos, los horarios… hasta el tamaño de las clases parecía enorme.
El ambiente fue increíble. Todos nos sentimos muy bien recibidos y la amabilidad de profesores y compañeros hizo que la primera jornada resultara mucho más sencilla de lo que pensábamos. Al final del día estábamos cansados, pero felices, sabiendo que teníamos por delante muchas semanas para disfrutar y aprender.
Día 7 en Phoenix – 9 de septiembre: Entre clases y baloncesto
El martes volvimos al instituto, esta vez con más confianza. Las clases fueron intensas, pero llenas de oportunidades para practicar inglés en cada momento. El descanso a media mañana nos vino genial para recargar energías y compartir impresiones sobre esta nueva experiencia escolar.
Por la tarde vivimos algo muy especial: fuimos a ver un auténtico partido de baloncesto americano en Phoenix, Phoenix vs Los Angeles Sparks. El ambiente en el pabellón era impresionante, con música, animadores, luces y miles de personas animando a su equipo. No paramos de aplaudir y disfrutar de cada jugada. Sentir esa energía en directo fue increíble, y todos coincidimos en que había sido una de las mejores experiencias de la semana.
Terminamos el día cansados, pero con una sonrisa enorme y la sensación de estar viviendo una aventura única.