¡La experiencia en Limerick ha llegado a su fin!
Vamos con el último update de vuestros chicos en el programa de Limerick, que nos manda Patricia, la monitora que les ha acompañado en esta aventura y ha vivido cada momento a su lado.
Una última semana que no ha dejado a ninguno indiferente: voluntariado, actividades, excursiones y tiempo libre para poder despedirse de la zona y hacer sus últimas compras.
Gracias a todos por haber formado parte de esta experiencia tan especial y por la confianza en este programa. ¡Ahora sí, os dejamos con el resumen final!
Domingo 20 de julio
El domingo disfrutamos de una de las actividades más esperadas: la excursión a Dublín. Comenzamos el día con un tour guiado por el centro de la ciudad, donde pudimos conocer algunos de los lugares más característicos.Uno de los primeros fue el Trinity College, la universidad más antigua de Irlanda, conocida por haber formado a figuras tan ilustres como Oscar Wilde y Samuel Beckett.
Durante el paseo, nos sorprendieron los coloridos murales que adornan muchos de los edificios de la ciudad, eran preciosos. También hicimos una parada en St.Andrew Cathedral, donde los chicos se sacaron una foto junto a la famosa estatua de Molly Malone. Cuenta la leyenda que tocarla trae buena suerte… ¡así que no quisimos dejar pasar la oportunidad!
Después de un merecido tiempo libre que los chicos aprovecharon mucho, nos dirigimos a nuestro último destino del día: St.Patricks Cathedral, nos encantó su arquitectura y, en especial, las vidrieras, que son realmente espectaculares. Tuvimos además la suerte de presenciar una actuación del coro religioso, un momento muy especial.
Antes de regresar a la residencia, hicimos una parada para cenar unas hamburguesas que, sin duda, fueron el broche perfecto para un día tan completo y divertido.
Lunes 21 de julio
El lunes retomamos la rutina con una mañana de clases en la que los chicos trabajaron intensamente en su inglés y avanzaron en los proyectos que están desarrollando.
Por la tarde, disfrutaron de la actividad de drama, una de las favoritas del grupo. A través de divertidos juegos teatrales, como representar diferentes emociones o imitar escenas de películas para que los demás las adivinasen, pasaron un rato muy entretenido, lleno de risas y creatividad.
Ya por la noche, jugaron a fútbol y a volleyball con los italianos y búlgaros, lo pasaron en grande y practicaron mucho el inglés al estar mezclados con las otras nacionalidades.
Martes 22 de julio
El martes seguimos con nuestra rutina habitual: una mañana de clases muy productiva, en la que los chicos continuaron progresando en su inglés, y después compartimos una comida agradable todos juntos.
Por la tarde, a petición del grupo, volvimos a Limerick para dar un último paseo por la ciudad. Fue la ocasión perfecta para recorrer con calma sus calles, hacer algunas compras de última hora y visitar los rincones que aún tenían pendientes. Esta pequeña escapada se convirtió en una forma muy bonita de despedirnos de la ciudad que nos ha acogido estas semanas.
Para terminar el día, participaron junto a los demás grupos en la actividad de Arts and Crafts. Muchos demostraron tener un gran talento artístico, y todos disfrutaron mucho dejando volar su imaginación. ¡Fue un día muy divertido!
Miércoles 23 de julio
Tras una nueva mañana de clases y trabajo en sus proyectos, los chicos liberaron toda su energía con una animada sesión de deportes. Jugaron al vóley, baloncesto —¡con algunos remates realmente impresionantes!— y también al bádminton, donde más de uno descubrió lo bien que se le da este deporte. Fue una tarde muy activa y entretenida.
Después, se prepararon con ilusión para la última disco del programa. Se pusieron guapos y no faltaron los complementos divertidos, pelotas luminosas y muchas ganas de bailar. Fue una noche llena de alegría y buen ambiente, aunque también con un toque de nostalgia por ser la última fiesta del curso.
Jueves 24 de julio
El jueves fue su penúltimo día de clases, y los chicos aprovecharon la jornada para ultimar los detalles de sus proyectos, cerrando con muy buen sabor de boca todo el trabajo realizado durante estas semanas.
Por la tarde, volvimos a la piscina, una actividad que siempre disfrutan muchísimo. Jugaron, compitieron para ver quién nadaba más rápido y, en general, pasaron un rato muy divertido y refrescante.
Ya por la noche, mientras algunos comenzaron a preparar sus maletas —con algo de pena al ver que el final del viaje se acerca—, otros aprovecharon al máximo su última noche en Limerick participando en la actividad de Just Dance & Karaoke junto a los compañeros de los demás grupos. Fue una noche muy animada y especial, llena de risas y música , que les permitió despedirse entre canciones y bailes de esta experiencia tan inolvidable.
Viernes 25 de julio
El viernes fue un día muy especial para todos. Los chicos recibieron sus diplomas de inglés, un reconocimiento al esfuerzo, la constancia y la actitud positiva que han demostrado durante todo el programa. Asistimos a la ceremonia de entrega, donde no faltaron los aplausos, las fotos y hasta algunos birretes de papel hechos por ellos mismos, que dieron un toque divertido y emotivo al momento.
Tras la ceremonia, compartimos nuestra última comida en la residencia, un momento para agradecer y despedirnos de los compañeros, los monitores de ATC y todo el personal que nos ha hecho sentir como en casa estas semanas. Fue una despedida emotiva, llena de recuerdos y cariño.
Después, pusimos rumbo a Dublín. Aunque con algo de tristeza por dejar atrás esta experiencia, el grupo sigue con mucha ilusión por disfrutar al máximo de su último día juntos en Irlanda. Al llegar a la nueva residencia cenamos y los chicos se lo pasaron en grande en la actividad de esa noche Atrapa la bandera.
Sábado 26 de julio
El sábado marcó nuestro último día en Irlanda, y lo despedimos con una excursión muy especial al EPIC – The Irish Emigration Museum, seguida de un paseo final por el centro de Dublín. El museo resultó ser toda una experiencia interactiva que permitió a los chicos conocer de forma dinámica y entretenida la historia de la emigración irlandesa a lo largo de los siglos.
Pudieron interactuar con objetos de distintas épocas, participar en juegos educativos con datos muy curiosos, e incluso probar uno de los deportes tradicionales de Irlanda: el hurling. Además en la entrada les dieron unos pasaportes en los cuales tenían que poner un sello en cada habitación, un detalle muy original que les hizo vivir la experiencia de una forma única.
Después, aprovechamos para recorrer por última vez las calles de Dublín, hacer las últimas compras de souvenirs y disfrutar del ambiente de la ciudad. De vuelta en la residencia, nos acostamos pronto para estar preparados para el día de regreso.
Aunque se notaba en el ambiente la tristeza por tener que despedirnos, el sentimiento común fue claro: esta ha sido una experiencia inolvidable, llena de aprendizajes, amistades y momentos que siempre recordarán.