UPDATE SEMANA 3 – VOLUNTARIADO SRI LANKA 2025

¡La experiencia en Sri Lanka ha llegado a su fin!

Vamos con el último update de vuestros chicos en el voluntariado de Sri Lanka, que nos manda Rocío, la monitora que les ha acompañado en esta aventura y ha vivido cada momento a su lado.

Una última semana que no ha dejado a ninguno indiferente: voluntariado, actividades, excursiones y tiempo libre para poder despedirse de la zona y hacer sus últimas compras.

Gracias a todos por haber formado parte de esta experiencia tan especial y por la confianza en este programa. ¡Ahora sí, os dejamos con el resumen final!

Viernes 18 de julio – Últimos juegos, muchas sonrisas y alguna lágrima🎨

El día comenzó lleno de alegría y acabó con el corazón encogido. Cerramos nuestro voluntariado en la escuela local con una jornada de juegos, bailes, pinturas y muchas risas con los peques. Se notaba en el ambiente que era el final. En el festival de despedida, con diplomas para niños y voluntarios, brotaron las primeras lágrimas. La conexión con los niños había sido auténtica, y el momento de decir adiós fue muy emotivo.

Después de una mañana tan intensa, llegó algo de desconexión: algunos se acercaron a la playa, otros optaron por las tiendas, la piscina o una buena siesta para reponer fuerzas.

Sábado 19 de julio – Rumbo a Colombo: el ritmo vibrante de la capital 🏙️

Aunque el fin de semana era libre, el grupo quiso aprovecharlo al máximo. Nos organizamos para visitar Colombo, la capital, y conocer otra cara de Sri Lanka. Tras un viaje entre charlas, música y paisajes cambiantes, llegamos al bullicio de la ciudad.

La ruta fue completa: vistas panorámicas desde la torre Lotus, el impresionante templo Gangaramaya, el mercado Pettah con su ajetreo y la llamativa mezquita roja. Caminamos mucho, sudamos bastante y terminamos agotados, pero felices. Fue un día cargado de contrastes, donde la modernidad y la tradición conviven en cada rincón.

Domingo 20 de julio – Relax junto al mar en Weligama 🌊

Tocaba cambiar el ritmo. Weligama nos esperaba con su brisa marina, sus palmeras infinitas y su ambiente relajado. Paseamos por su playa, observamos a los pescadores en sus barcas típicas y descubrimos los pequeños puestos de mercado donde algunos se atrevieron a probar fruta exótica o comprar recuerdos artesanales.

La comida en un beach club fue todo un regalo: mesas frente al mar, platos deliciosos y muchas conversaciones con sabor a despedida anticipada. La piscina del hotel nos recibió después para terminar el día entre chapuzones y risas.

Lunes 21 de julio – Adiós tortugas, gracias por tanto 🐢

Volvimos al refugio de tortugas para nuestra última colaboración. Esta vez el objetivo era alimentarlas, lo que nos llevó a montar cadenas humanas para llenar cubos de agua, abastecer los estanques y pelar sardinas (sí, sardinas, y sí, con olor intenso).

Más allá de la logística, fue un momento muy bonito: acariciarlas, observarlas con calma y hacernos fotos mientras sabíamos que no volveríamos. Al regresar al hotel, cada uno eligió cómo pasar la tarde: entre playa, piscina, descanso o alguna compra final. El ambiente ya empezaba a teñirse de nostalgia.

Martes 22 de julio – Reforestación, yoga… ¡y un quiz muy especial! 🌱

La jornada empezó con botas, guantes y una misión: reforestar una zona de manglares. Tras una breve formación sobre su importancia ecológica, subimos a unas barcas que nos llevaron al lugar donde plantar. Entre barro, calor y esfuerzo físico, conseguimos plantar muchísimos brotes. Fue exigente, pero muy satisfactorio.

Más tarde, cambiamos de tono con una clase de yoga donde el grupo se permitió bajar revoluciones, estirarse y reconectar. Y para terminar el día con energía positiva, organizamos un quiz de despedida: preguntas sobre Sri Lanka, curiosidades de los días vividos y anécdotas que solo ellos entienden. Fue una noche llena de carcajadas, memoria compartida y un ambiente de grupo precioso.

Miércoles 23 de julio – Cerrando el ciclo en kayak y palmeras al atardecer 🚣‍♂️

Volvimos al lugar donde todo empezó: la limpieza del río en kayak. Esta vez exploramos una nueva ruta, con paisajes igual de impresionantes y la misma intención de dejar la zona mejor de lo que la encontramos. Plásticos fuera, energía dentro.

Después de la actividad, el merecido descanso y un pequeño picnic improvisado con snacks. Por la tarde, nos esperaba uno de los rincones más instagrameables del viaje: Mirissa Beach y Coconut Hill Tree. Grandes olas, atardecer espectacular y esa sensación de que el viaje ya tenía los minutos contados. El grupo aprovechó para sacar fotos, pero también para detenerse a mirar y simplemente estar.

Jueves 24 de julio – Surf, emociones y despedidas 🏄‍♀️

Nuestro último amanecer en Sri Lanka nos recibió con una tabla de surf bajo el brazo. Fue una clase muy divertida en la playa, donde algunos descubrieron su lado surfero y otros se conformaron con reír cada vez que caían. Perfecta para soltar tensiones y despedirse del océano.

Antes de comer, la organización nos preparó una sorpresa preciosa: entrega de diplomas, agradecimientos mutuos y un vídeo resumen de nuestra estancia que nos hizo emocionarnos a todos. Ver nuestras caras de hace tres semanas en contraste con las de ahora fue muy impactante.

Las horas siguientes fueron una mezcla de maletas, notas escritas a mano, abrazos largos y muchas fotos. Por la noche llegó el momento más duro: la despedida del personal del hotel. Todos habíamos cogido mucho cariño a Diluka, el manager, así que le entregamos una bandera de España firmada por el grupo como gesto de agradecimiento.

Y así, entre lágrimas, agradecimientos y promesas de volver, nos subimos al bus rumbo al aeropuerto. Escala en Dubái, llegada a Madrid… y final de esta aventura.

Hasta siempre, Sri Lanka 🧳❤️

Y con esto me despido, familias. ¡Qué rápido se han pasado estas tres semanas! Muchos se habrían quedado con gusto unos días más —por los pancakes del desayuno, el mar, las tortugas, las nuevas amistades o simplemente el ambiente—, pero el viaje debe terminar para poder valorar todo lo que hemos vivido.

Gracias a los papás por permitir que vuestros hijos vivan algo así.
Gracias a los chicos por su entrega, alegría y capacidad de adaptación. Ojalá esta experiencia haya dejado huella en cada uno y que os llevéis de vuelta amistades que duren toda la vida.

Gracias, de verdad, por dejarme acompañaros.

Un besito muy grande y feliz verano a todos ☺

Rocío

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