Como sabéis, nuestros chic@s del programa de High School USA Indiana Wabash ya han terminado su aventura. Sus monitoras Alicia y Jimena nos cuenta a continuación las últimas excursiones y actividades que han realizado, ¡no te lo pierdas!
¡Hola a todos!
¡Empieza nuestra última semana en Wabash! Y empieza fuerte, el lunes los estudiantes se fueron a pasar el día a la ciudad del viento y los rascacielos, nada más y nada menos que Chicago. Este día los estudiantes tuvieron que madrugar más que nunca ya que para llegar a Chicago tuvieron que coger dos autobuses y un tren. Al salir de la estación de tren se encontraban en pleno centro de Chicago, rodeados de rascacielos. ¡Esto no se parece nada a Wabash ni a ninguna ciudad en España!
Lo primero que hicimos fue acercarnos a Millennium Park donde se encuentra la famosa escultura popularmente conocida como “The Bean” (El Haba), pero tuvimos un poco de mala suerte ya que se encontraba en obras y no pudimos acercarnos todo lo que queríamos. Aun así, aquí nos tomamos un poco de tiempo para reponer fuerzas y comprar los primeros recuerdos. Desde aquí nos dirigimos al Navy Pier (Muelle de la Armada), se trata de un muelle en el lago Michigan que en su día perteneció a la Armada y que luego fue recuperado para el disfrute de los ciudadanos y turistas. Allí se encuentran un museo, una noria, restaurantes y unas vistas impresionantes del “Skyline”de la ciudad y del lago Michigan, un lago tan grande que parece el mar.
Después de pasar un rato en el muelle, nos dirigimos a la famosa Avenida Michigan, esta avenida cruza Chicago de norte a sur y es donde se encuentran los edificios más conocidos de la ciudad, cruza el río por uno de sus famosos puentes y también es zona comercial. Aquí los estudiantes tuvieron tiempo libre para disfrutar esta parte de la ciudad y hacer algunas compras. A las 17.30 habíamos quedado todos en Giordano’s para cenar y todos llegaron bastante puntuales. La cena por supuesto fue la famosa “dip dish pizza” de Chicago, una pizza diferente al resto porque se cocina en un plato hondo y para que os hagáis una idea parece una “quiche”. ¡Estaba buenísima! Después de cenar volvimos a la estación de tren y de vuelta a Wabash donde, ya a medianoche, les esperaban sus familias anfitrionas.
El martes los estudiantes acudieron a clase con sus compañeros americanos, es la tercera semana asique todo es ya muy familiar en el instituto y van con ganas de ver a sus amigos y profesores favoritos. Por la tarde había partido de voleibol de las chicas de Wabash asique allí que fueron todos los estudiantes con sus amigos americanos a animar como el que más.
El miércoles también fue día de acudir a clase y por la tarde hubo una actividad muy especial, la Noche de Reflexión. A esta actividad fueron invitados los estudiantes, sus familias anfitrionas y los embajadores americanos que les habían acompañado en el instituto estas tres semanas para compartir sus impresiones sobre esta experiencia. Aunque al principio todos estaban un poco tímidos, poco a poco la gente se fue animando a hablar, primero una familia anfitriona, luego un estudiante americano, luego un estudiante español y así muchos fueron contando lo que esta experiencia había supuesto para ellos.
Para muchos, tanto para las familias como para los estudiantes de los dos países, esta era la primera vez que participaban en una experiencia así y fue muy emocionante oírles hablar de cómo esta experiencia les había transformado, y sobre todo de los fuertes lazos y amistades que se habían formado entre familias y estudiantes, y estudiantes españoles y estudiantes americanos. Hubo muchas risas cuando contaban anécdotas graciosas de la convivencia y también muchas lágrimas de alegría por la experiencia vivida y de pena porque ya esté llegando a su fin. Todos estaban de acuerdo en que estos lazos que se han formado los quieren mantener y que en el futuro seguro que habrá alguna ocasión para volverse a ver en Wabash o en los diferentes puntos de España, pero esto no era un adiós.
El jueves era nuestro último día en Wabash. Por la mañana los estudiantes acudieron a clase por última vez. Después de clase empezaron las despedidas de los que ya no se llaman embajadores o compañeros americanos si no AMIGOS. Hubo intercambio de recuerdos, firma de banderas, abrazos y lágrimas. Por la tarde los estudiantes fueron a sus casas a cenar por última vez con sus familias y a preparar las maletas para el viaje. No fue tarea fácil, ¡había que volver a meter todo de nuevo en las maletas además de todos los recuerdos y regalos que habían comprado!
El viernes nos reunimos todos por la mañana en el instituto con nuestras maletas. Aquí la despedida de las familias anfitrionas y de los amigos americanos ya era la definitiva por lo que fue un momento difícil para todos, de nuevo lleno de lágrimas y abrazos. Las familias y los estudiantes que pudieron se quedaron hasta el final para despedirlos mientras nos alejábamos, ya por última vez, en nuestro autobús escolar camino del aeropuerto de Fort Wayne.
Comenzaba nuestro largo viaje de vuelta a casa. En Fort Wayne facturamos las maletas, todos habíamos calculado muy bien el peso el día anterior asique todo fue rodado. Desde aquí cogimos el avión hasta Chicago. En Chicago tuvimos tiempo suficiente para ir a nuestra puerta de embarque y poder buscar algo para comer antes de embarcar en nuestro vuelo de 8 horas a Madrid. El sábado llegábamos al aeropuerto de Barajas donde algunos padres ya estaban esperando a algunos de los estudiantes con muchas ganas de volver a verlos. El resto del grupo, unos se fueron a Chamartín a coger un tren a León, y otros se quedaron en el aeropuerto para coger sus vuelos a Bilbao, Málaga y por último a Almería. El reencuentro con sus familias también fue muy emotivo, todos estaban muy felices de volver a reencontrarse después de esta gran experiencia.
Y aquí llega el momento de despedirse también de este blog. Ha sido un placer haber podido acompañar a todos estos maravillosos chicos y chicas durante estas tres semanas y también habéroslo podido contar a todos a través de este blog. Esperamos que lo hayáis disfrutado.
Una vez más…
¡Vamos Wabash!
Alicia y Jimena