El año académico en el extranjero es mucho más que un programa de idiomas

Los padres cada vez conceden una mayor importancia al hecho de que sus hijos puedan tener la oportunidad de vivir una experiencia en el extranjero. Los principales motivos por los que este tipo de vivencias estén tan bien valoradas son numerosos, pero la mayoría de familias coinciden a la hora de nombrar los aspectos más relevantes.

Buscan otorgar una mayor autonomía al estudiante, para que aprenda a desenvolverse desde cero en un nuevo entorno. Conceden mucha importancia a la perfección de un idioma, y es que el alumno pasa  a tener que practicarlo las 24 horas del día. Pero sobre todo, los padres valoran que se abra una nueva ventana al estudiante, que empieza a ver el mundo desde otra perspectiva, conociendo otras culturas, rutinas y, muy importante, conociendo a otras personas. En este camino hacia la proyección internacional de los estudiantes, es donde el programa de año escolar en el extranjero ha cogido muchísima fuerza.

Homologación de los cursos que se estudian en el extranjero

Este tipo de programas permiten que el estudiante curse un año académico completo en otro país, y por lo tanto, en otro sistema educativo. Estudiar un curso en países como, por ejemplo, Estados Unidos, Canadá, Irlanda o Reino Unido, es posible gracias a la convalidación de los estudios. Es decir, tras estudiar en el extranjero, el alumno recibe una homologación del curso que ha completado en otro país  y, por lo tanto, cuando regresa a España se incorpora al siguiente curso que le corresponda (como si el anterior también lo hubiese cursado en nuestro país).

Este proceso no es complicado pero sí debe ser rigurosamente controlado. Es el Ministerio de Educación en España el que determina las “reglas” que hay que seguir para lograr esta convalidación. Por ello, el alumno tiene que escoger unas determinadas asignaturas. Asimismo, es indispensable que el estudiante apruebe en destino todas las asignaturas cursadas en su plan de estudios.

Nuevo sistema educativo: aprender de una forma diferente

Sea cual sea el destino elegido, el sistema educativo va a ser diferente al que está habituado el estudiante. Cambiará la metodología, las asignaturas, los horarios, el tipo de instalaciones… unas diferencias importantes, con respecto al sistema español, que suponen para el alumno un escenario estimulante en el que aprender de una forma distinta.

Entre los aspectos que suelen llamar especialmente la atención a los alumnos que estudian un año fuera, destacan: una educación más práctica, amplia variedad de asignaturas, el hecho de cambiar de aula según la asignatura, así como la importancia de los deportes y las actividades extracurriculares.

Desde el punto de vista de los profesores, nos encontramos con una importante diferencia con respecto a Canadá. En algunas provincias del país, como en Ontario, no existen oposiciones, los docentes son escogidos por los directores de los propios centros. Es después de dar una clase y pasar una entrevista personal, cuando se les contrata y pasan a convertirse en funcionarios. De hecho, su trabajo es revisado durante los primeros años, y a posteri existen controles cada cinco.

En Estados Unidos, por ejemplo, la figura del profesor destaca por su proximidad con el alumno. Es habitual que los profesores se muestren muy cercanos a los alumnos, fomentando su toma de iniciativas y voluntad por implicarse dentro de la comunidad escolar. Para entender esto cabe destacar que en el país norteamericano la vida social de los estudiantes gira en torno a la escuela. Después de las clases, los alumnos continúan ligados al centro, haciendo planes con sus amigos que, en la mayoría de los casos, son sus compañeros de equipo, de teatro, del club etc. Cuando la vida social gira en torno a la escuela, los profesores adquieren también un rol muy especial en este ámbito.

La proximidad también es una cualidad de la educación en Reino Unido. En este país los profesores se caracterizan por su alta cualificación y por su carácter colaborativo y vocacional. Algo a lo que ayuda el hecho de que el tamaño de las clases sea reducido. Aquí los alumnos adquieren la mayoría de sus conocimientos a través del desarrollo de trabajos y projects.

Opciones a la hora de escoger un programa de año académico

Cuando un estudiante y su familia se plantean que éste curse un año académico en el extranjero,  las preguntas que surgen son numerosas. A continuación exponemos las que son  habituales en una primera fase. Y es que antes de que surjan dudas más técnicas o específicas, se deben determinar aspectos como ¿cuánto tiempo estudiar fuera? ¿dónde estudiar, en qué país? ¿qué tipo de colegio encontraremos? ¿y dónde se alojará el estudiante durante su curso escolar?. Pues bien, cuando respondemos a estas preguntas ya estamos determinando qué tipo de programa de año escolar es adecuado para nosotros.

Duración del programa. A lo largo de este post hemos ido haciendo mención a un año completo en el extranjero. Pero aunque esta opción es la más habitual no es la única. Debes saber que hay estudiantes que prefieren vivir una primera experiencia académica más corta y por ello optan a cursar un trimestre, cuatrimestre o semestre. La elección de una duración u otra también vendrá determinada a su vez por el país y el tipo de colegio escogido. Por ejemplo, en un colegio público en Estados Unidos, el estudiante deberá cursar el año completo. Por lo contrario, en Canadá, los colegios públicos ofrecen prácticamente todas las opciones de duración posibles (decimos prácticamente porque esto dependerá de los distritos, y no todos ofrecen las mismas opciones).

Destino. El gran salto a la hora de plantear un año académico en el extranjero está en pensar en hacerlo dentro de Europa, manteniendo cierta proximidad con España y por lo tanto con el entorno familiar y social del estudiante, o bien fuera de Europa. Este factor está determinado en muchos casos por la edad. Es decir, cuánto más joven es el alumno se recomiendan países más cercanos, mientras que a partir de los 16 años, se considera que el estudiante ya tiene la madurez necesaria para poner más kilómetros de por medio.

Tipo de colegio. Hablar del tipo de colegio es, al igual que en España, hablar de si preferimos que nuestros hijos estudien en un sistema de educación público o privado. Ambas opciones conviven en todos los países mencionados a lo largo de este artículo y las diferencias entre uno y otro dependen mucho del país del que estemos hablando. Por ejemplo, si hablamos de Canadá o Francia, debemos saber que la educación pública es la más importante y predominante en ambos casos.

Tipo de alojamiento. A priori cuando hablamos de una experiencia académica ponemos nuestro foco de atención en el tipo de colegio y enseñanza que se imparte. Sin embargo, las experiencias académicas en el extranjero son muchísimo más que eso. Como decíamos al inicio, la adaptación a una nueva cultura y a un nuevo entorno suponen una parte muy importante del gran reto que es estudiar una larga estancia en el extranjero. Teniendo en cuenta esto, es muy importante determinar cuál es el tipo de alojamiento que más encaja con el perfil del alumno: convivencia con una familia anfitriona, en la que el alumno es tratado como un miembro más de la casa, o inmersión en una residencia (Boarding School), en la que el alumno convivirá con estudiantes de todo el mundo en régimen de internado.

Testimonios de los propios alumnos

Como una imagen vale más que mil palabras, les pedimos a nuestros estudiantes de año escolar en el extranjero que nos dijesen ellos mismos qué había supuesto para ellos vivir un año fuera. Nos lo cuentan en este vídeo 🙂

En definitiva, un año en el extranjero conlleva muchas cosas positivas. El participante tiene la sensación de estar descubriéndose a si mismo en cada momento, disfrutando de cada experiencia, de cada conversación y de cada reto. Por que sí, desde luego que siempre son muchos los retos a los que nos enfrentamos cuando descubrimos otros puntos de visa.